La madre que soy la que quería ser
Durante estos días estoy pensando mucho acerca de todo esto. Me llegan muchos mensajes de amigas, alumnas, madres cercanas que están al límite. Al límite de los cuidados que se han y les han impuesto. Del poco espacio que el cuidado tiene para ella misma.
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Durante un tiempo yo también me sentía así, agotada, sin tiempo, sin espacio, con la queja constante. (Y a veces sigo ahí)
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Llegó un día, siento que fue el día en el que decidí que quería cambiar algo. Y ese día tuvo mucho que ver con un cambio, la escuela, el dejar de ir a la escuela para Mara y Marcel. Pensé que si no era capaz de disfrutar de mi maternidad, no tenía sentido que mis hijes no fueran a la escuela. Decidí que lo importante, lo más importante era disfrutar.
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Nos mudamos y el espacio cerca del mar y de la naturaleza (aún siendo naturaleza urbana) ayudaron. Hay días que me siento como antes, atrás, perdida, sin energía. Entonces recuerdo que tengo hijes para disfrutar. Bajo mis expectativas, mi necesidad de hacerlo todo bien, de tenerlo todo recogido, de llegar a la cena con la casa perfecta, con el baño perfecto para elles. Bajo expectativas al mínimo y disfruto.
Porque para mí la maternidad es eso, disfrutar con lo que tengo. Sacar mis cartas y decidir qué hacer con ellas.
Hace unos años la madre que quería ser era ordenada, con comida en la nevera, dispuesta a jugar siempre, a baños todas las noches, a cuentos antes de dormir, a llegar a todo.
Ahora la madre que soy es alguien sin exigencias, alguien que se muestra vulnerable, que no llega a todo, que no se siente culpable por eso, que juega y se ensucia, que decide ir a la playa y comer un bocadillo, que cuando se duermen sus hijes se tumba en el sofá, que está aprendiendo a disfrutar.
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Hay una madre en mí antes y después del #homescholling#escuelaencasa
Contadme, cómo lo vivís vosotras?